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domingo, 19 de septiembre de 2010

Cigarro, flexibilidad moral y habilidad discursiva


Gracias por fumar” ( http://www.youtube.com/watch?v=8sTEN3en6_Q ) es una película que narra la historia de Nick Naylor,interpretado por el nominado al Globo de Oro Aaron Eckhart. Nick es el vocero de la internacional compañía de cigarro Big Tobacco, la cual hace una clara referencia a American Tobacco, la compañía a la que pertenecen los cigarrillos Lucky (sin mencionar la sugerente portada del DVD con los tradicionales anillos del cigarrillo tostado). A primera vista, se ve que la película muestra el debate de la nocividad del tabaco dándole una dosis cómica para su mejor entendimiento. Sin embargo, creo yo, la película se puede traducir en una dimensión más interesante.
La problemática del cigarrillo resulta para mí un tema cliché. Creo que el mismo efecto hubiese tenido la película si se hubieran exhibido problemáticas como la experimentación en animales para productos de belleza o la aceptación del vientre de alquiler o la legalización de las drogas, entre otras. El tabaquismo es uno de los debates que goza de mayor popularidad puesto que es un problema que convive con absolutamente todos (fumadores y no fumadores) y es precisamente de esta popularidad de la que se ha colgado el guión.
Entonces, desligándonos del tema del cigarrillo, se puede ver con más claridad el tema de fondo: moral flexibility o flexibilidad moral . Acá no se está tratando un tema enteramente médico, sino más bien, ético. Regresando a la película, Nick se nos muestra como una pieza importante en la compañía tabaquera, basando su importancia en su discurso. Él no es abogado, sin embargo su habilidad argumentativa es tal que lo hace exitoso en cualquier debate o negociación de su vida, incluyendo la defensa de Big Tobacco.
En una escena, en la que Nick conversa con su hijo Joey acerca de la supuesta ventaja que Estados Unidos tiene respecto a otros países en el tema de la gobernabilidad, se extrae una frase que me parece reveladora. “Esa es la belleza de la discusión. Si discutes bien, nunca estas equivocado”. Bueno, el nunca estar equivocado es una facultad que no ha sido suministrada a los humanos. Al autodotarse de esta habilidad, Nick se autoconvence de que está yendo más allá de la naturaleza humana (y así se puede deshacer de la carga moral que esta implica) para pode justificar los artificios argumentativos de su discurso.
Ahora, traslademos esta flexibilidad moral (y los artíficos que se pueden crear en el discurso gracias a ella) a un plano real y cercano. En la política peruana, y de seguro en cualquier otro país, las personas suelen usar argumentos que parecen sólidos pero que muy probablemente ni ellos mismos se la creen. Todo con el fin de defender su proyecto, candidatura, interpretación de alguna ley, etc. Es un tema de negociación. Se trata de qué tan bueno puedes ser para convencer al otro que lo que tú dices es lo correcto, o qué tan bueno eres para que el otro interprete alguna idea de la misma manera que tú y hasta lograr que se alinee a tu pensar, así sepas que en realidad no estés en lo correcto.
Se me ocurre el caso de la segunda reelección del presidente Fujimori. Este se llevo a cabo gracias a una ingeniosa, y falsa, interpretación de la nueva constitución del 92.
De hecho que para lograr estos cometidos, no solo el de Fujimori, se debe tener gran inteligencia, capacidad discursiva y cálculo, pero, ¿Puede uno manejar una flexibilidad moral (que más suena a incapacidad moral) en las negociaciones y en el argumento? Y si es así, ¿Qué tanto? Con temor a la autoflagelación, pues es muy probable que también haya caído, dejo la pregunta al aire para la conciencia de cada uno.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Pena de muerte: ¿Justicia o venganza?


Al parecer, el tema que lidera la agenda de esta nuevas elecciones para el municipio de Lima es la (in)seguridad ciudadana. No es ningún secreto, al menos para los limeños, que esta enmarañada ciudad permite esconder entre sus pliegues a los abanderados del desorden, el caos, y las malas practicas ciudadanas. Si bien es cierto que existen zonas y zonas, estoy seguro que no hay limeño que no haya caminado temeroso -bien amarrado y atado a sus pertenencias de valor- por alguna que otra calle. No lo niego, la seguridad en nuestra ciudad, es deplorable.

Hace unas semanas, nació para la ciudadanía una niña que fue victima de unos personajes conocidos como "marcas". Tales villanos soltaron un par de balazos: uno que dejo parapléjica a la niña y otro que dejó con la boca -o el higado- abierta a toda la población. El rechazo no esperó. El caso se apoderó de la prensa y se oyeron desde voces que apelaban a la relativa justicia, hasta gritos que se radicalizaban en la pena de muerte.

Lamento mucho lo acontencido con esta niña, pero por el bien colectivo, no me puedo quedar callado ante semejante confusión de valores. La justicia no es ni debe, por ningun motivo, ser movida por la venganza. La justicia no busca saciar hambres viscerales ni instintos animales. Me da mucha pena y logro entender el sentimiento de frustración de la ciudadanía ante un sistema que no tiene la mínima idea de cómo asegurar una convivencia pacífica y ordenada, pero no entenderé jamás las rabietas embadurnadas de furia, odio y venganza que solo pretenden callarse con una tributo sangriento y cruel como es la pena de muerte.

Basta de facilismos. Basta de reacciones emo-hepaticas. No quiero ni deseo que mi ciudad se sumerja en la ley infundada del Taleón. Ojo por ojo, diente por diente. Me pongo a analizar y me pregunto. ¿Quién es peor asesino, el que mata sin pensar, o el que lo hace luego de un ligero proceso mental? ¿el que lo hace sin intención, o el que lo hace con todas las ganas? ¿El asesino que se refugia bajo un pistola, o el que se refugia bajo una sociedad vengativa? ¿El asesino sediento de dinero, o el sediento de sangre? Entonces, si matan al asesino de la niña, ¿quién matará al asesino del asesino? O en última instacia, ¿Quién se animará a matar al asesino? ¿Los que piden 'justicia' o será que estos esperan que un tercero se haga cargo de tan inhumano acto? No quiero defender al diablo, pero no se en que bando está trabajando.

Lamento el mal rato que pasan algunas personas por el dolor de ver a una pequeña sufrir, pero ese no es ni debe ser nunca motivo suficiente para justificar una muerte más. ¿Qué pensaría la pequeña que fue victima de todo esto? No me cabe la menor duda que a dicha niña no se le cruzaría por la cabeza matar a su agresor. Ojalá todos pensaramos así.