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lunes, 25 de octubre de 2010

El himno nacional y los hijos de Jacob


Me dijeron que habían cambiando el himno nacional. (Ver himno completo aquí) Escuché que la decisión fue tomada para separarnos de la idea del peruano esclavizado y oprimido que acarrea la estrofa I. A decir verdad, no le habia tomado la debida importancia hasta el lunes 18, en la procesión del Señor de los milagros -evento al que trato de asistir anualmente. Normalmente estoy presente en la Av. Tacna para escuchar a Cipriani -siempre es interesante escuchar opiones contrarias- y a su infatigable conservadurismo. Todo andaba dentro de los parametros de la normalidad, como debía ser, hasta que se llamó a cantar el himno nacional.

La posición rígida en la que se debe entonar el himno me provoca algo de ansiedad, pero me relajé y empezé con el "Somos libres... ". Definitivamente el marco emocional que proporciona el evento religioso y la multitud cantando al unísono me hizo sentir más peruano que de costumbre. Casi podía ver parihuanas volando sobre la iglesia Nazarenas. Sin embargo, el olor a blanquirojo se esfumó violentamente cuando escuché:
"renovemos el gran juramento
que rendimos al Dios de Jacob."

Con este simple verso, me viene un torrente de preguntas: ¿No se supone que oficialmente eramos un Estado laico, o que al menos, la idea era aparentarlo? ¿Qué pasó con los ateos peruanisimos?¿Tienen que cantar lo mismo y olvidarse de sus creencias? ¿Y mis amigos Krishnas o budistas y demas creencias? ¿mis amigos agnosticos son menos peruanos que yo? ¿Dónde quedó el respeto por la religiones -y por ende la cultura- indigenas que ahora estaban tan de moda?

El Perú es un hibrido de costumbres, creencias manifestaciones tan rico que debe ser interes nacional defender esta pluriculturalidad. Se cambió una estrofa para mejorar la imagen del peruano y en el intento expatriaron con total desparpajo a una porción no creyente. Una pena que el país no respete nuestra diversidad cultural, a mi parecer, la mejor característica del Perú.

Himno en youtube

domingo, 19 de septiembre de 2010

Cigarro, flexibilidad moral y habilidad discursiva


Gracias por fumar” ( http://www.youtube.com/watch?v=8sTEN3en6_Q ) es una película que narra la historia de Nick Naylor,interpretado por el nominado al Globo de Oro Aaron Eckhart. Nick es el vocero de la internacional compañía de cigarro Big Tobacco, la cual hace una clara referencia a American Tobacco, la compañía a la que pertenecen los cigarrillos Lucky (sin mencionar la sugerente portada del DVD con los tradicionales anillos del cigarrillo tostado). A primera vista, se ve que la película muestra el debate de la nocividad del tabaco dándole una dosis cómica para su mejor entendimiento. Sin embargo, creo yo, la película se puede traducir en una dimensión más interesante.
La problemática del cigarrillo resulta para mí un tema cliché. Creo que el mismo efecto hubiese tenido la película si se hubieran exhibido problemáticas como la experimentación en animales para productos de belleza o la aceptación del vientre de alquiler o la legalización de las drogas, entre otras. El tabaquismo es uno de los debates que goza de mayor popularidad puesto que es un problema que convive con absolutamente todos (fumadores y no fumadores) y es precisamente de esta popularidad de la que se ha colgado el guión.
Entonces, desligándonos del tema del cigarrillo, se puede ver con más claridad el tema de fondo: moral flexibility o flexibilidad moral . Acá no se está tratando un tema enteramente médico, sino más bien, ético. Regresando a la película, Nick se nos muestra como una pieza importante en la compañía tabaquera, basando su importancia en su discurso. Él no es abogado, sin embargo su habilidad argumentativa es tal que lo hace exitoso en cualquier debate o negociación de su vida, incluyendo la defensa de Big Tobacco.
En una escena, en la que Nick conversa con su hijo Joey acerca de la supuesta ventaja que Estados Unidos tiene respecto a otros países en el tema de la gobernabilidad, se extrae una frase que me parece reveladora. “Esa es la belleza de la discusión. Si discutes bien, nunca estas equivocado”. Bueno, el nunca estar equivocado es una facultad que no ha sido suministrada a los humanos. Al autodotarse de esta habilidad, Nick se autoconvence de que está yendo más allá de la naturaleza humana (y así se puede deshacer de la carga moral que esta implica) para pode justificar los artificios argumentativos de su discurso.
Ahora, traslademos esta flexibilidad moral (y los artíficos que se pueden crear en el discurso gracias a ella) a un plano real y cercano. En la política peruana, y de seguro en cualquier otro país, las personas suelen usar argumentos que parecen sólidos pero que muy probablemente ni ellos mismos se la creen. Todo con el fin de defender su proyecto, candidatura, interpretación de alguna ley, etc. Es un tema de negociación. Se trata de qué tan bueno puedes ser para convencer al otro que lo que tú dices es lo correcto, o qué tan bueno eres para que el otro interprete alguna idea de la misma manera que tú y hasta lograr que se alinee a tu pensar, así sepas que en realidad no estés en lo correcto.
Se me ocurre el caso de la segunda reelección del presidente Fujimori. Este se llevo a cabo gracias a una ingeniosa, y falsa, interpretación de la nueva constitución del 92.
De hecho que para lograr estos cometidos, no solo el de Fujimori, se debe tener gran inteligencia, capacidad discursiva y cálculo, pero, ¿Puede uno manejar una flexibilidad moral (que más suena a incapacidad moral) en las negociaciones y en el argumento? Y si es así, ¿Qué tanto? Con temor a la autoflagelación, pues es muy probable que también haya caído, dejo la pregunta al aire para la conciencia de cada uno.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Pena de muerte: ¿Justicia o venganza?


Al parecer, el tema que lidera la agenda de esta nuevas elecciones para el municipio de Lima es la (in)seguridad ciudadana. No es ningún secreto, al menos para los limeños, que esta enmarañada ciudad permite esconder entre sus pliegues a los abanderados del desorden, el caos, y las malas practicas ciudadanas. Si bien es cierto que existen zonas y zonas, estoy seguro que no hay limeño que no haya caminado temeroso -bien amarrado y atado a sus pertenencias de valor- por alguna que otra calle. No lo niego, la seguridad en nuestra ciudad, es deplorable.

Hace unas semanas, nació para la ciudadanía una niña que fue victima de unos personajes conocidos como "marcas". Tales villanos soltaron un par de balazos: uno que dejo parapléjica a la niña y otro que dejó con la boca -o el higado- abierta a toda la población. El rechazo no esperó. El caso se apoderó de la prensa y se oyeron desde voces que apelaban a la relativa justicia, hasta gritos que se radicalizaban en la pena de muerte.

Lamento mucho lo acontencido con esta niña, pero por el bien colectivo, no me puedo quedar callado ante semejante confusión de valores. La justicia no es ni debe, por ningun motivo, ser movida por la venganza. La justicia no busca saciar hambres viscerales ni instintos animales. Me da mucha pena y logro entender el sentimiento de frustración de la ciudadanía ante un sistema que no tiene la mínima idea de cómo asegurar una convivencia pacífica y ordenada, pero no entenderé jamás las rabietas embadurnadas de furia, odio y venganza que solo pretenden callarse con una tributo sangriento y cruel como es la pena de muerte.

Basta de facilismos. Basta de reacciones emo-hepaticas. No quiero ni deseo que mi ciudad se sumerja en la ley infundada del Taleón. Ojo por ojo, diente por diente. Me pongo a analizar y me pregunto. ¿Quién es peor asesino, el que mata sin pensar, o el que lo hace luego de un ligero proceso mental? ¿el que lo hace sin intención, o el que lo hace con todas las ganas? ¿El asesino que se refugia bajo un pistola, o el que se refugia bajo una sociedad vengativa? ¿El asesino sediento de dinero, o el sediento de sangre? Entonces, si matan al asesino de la niña, ¿quién matará al asesino del asesino? O en última instacia, ¿Quién se animará a matar al asesino? ¿Los que piden 'justicia' o será que estos esperan que un tercero se haga cargo de tan inhumano acto? No quiero defender al diablo, pero no se en que bando está trabajando.

Lamento el mal rato que pasan algunas personas por el dolor de ver a una pequeña sufrir, pero ese no es ni debe ser nunca motivo suficiente para justificar una muerte más. ¿Qué pensaría la pequeña que fue victima de todo esto? No me cabe la menor duda que a dicha niña no se le cruzaría por la cabeza matar a su agresor. Ojalá todos pensaramos así.

sábado, 7 de agosto de 2010

El silencio de mi pasto


En este momento me toca recordar. Aviso de antemano: lo más probable es que no te interese lo que vas a leer, pero si eres de esos que le gusta sentir, percibir, intuir y/o imaginar, puede que te quedes pegado y hasta identifiques una historia parecida. Otra cosa. Lo que leerás no es una cuestión única de espacio. Me di cuenta que el lugar pierde relevancia cuando cierras los ojos. Bajo un sueño o dentro de la imaginación, el piso que te sostiene no existe, o al menos, eso deberías llegar a percibir.

Hace unos años, cuando estudiaba Arquitectura en la Richi y estaba de moda pensar que la carrera era la más estresante de todas, sentía que luego de un sinnúmero de amanecidas seguidas necesitaba un lugar en el que sienta que se detiene el tiempo (Claro, yo no abría latas de café), un lugar para acurrucarme bajo la resolana y el silencio débil del viento. Y como será la vida, que sin querer queriendo, me tropecé con un par de metros cuadrados al costado de la Tensionada (espacio para maquetear, socializar y hasta lanzar). Curioso. Siempre había visto ese lugar, era tan común, tan cotidiano, tan simple que había logrado pasar desapercibido. Y es que al costado de la Tensa, había una no muy extensa área verde, la cual, a primera vista feíta, mal cuidada, sin gracia y terrosa, me regalaría los mejores momentos en mi paseo por esa universidad.

El pastito. Así lo bautizamos. “¿Dónde estás? En el pastito. Ah, okei allá voy”. Y es que ese lugar le cambió la cara a las aburridas, largas y, a veces, molestas horas libres entre clases. Juro que no fue premeditado. Es increíble lo que puedes descubrir en un nanosegundo. Qué tanto le habrá costado a mi cerebro (o a mi intuición) decidir reposar un rato bajo la sombras de los arboles, (ad)mirando artes improvisadas en los muros de triplay de la Tensa. Unas cuantas sinapsis, un par de relaciones neuronales y listo. Todo un refugio. Si añado a esto la compañía de nuestra fiel ardilla, Arios, definitivamente los recuerdos son inconfundiblemente sublimes.

Sin embargo, y como dije antes, la importancia no recae en el lugar. Si así fuera el caso, hubiese huido tras notar la humedad del suelo algunas veces casi barroso, o el peligro de las palomas que bombardean heces. Pero no lo hice. Cada vez que podía, sea personal o colectivamente, regresaba. En definitiva se trataba de algo más que dos metros cuadrados, era más que el momento cliché que brinda el pasto, los árboles, el sol, el viento y hasta la pequeña ardilla. Solo se necesitaba cerrar los ojos. Suena contradictorio. Para que enmarcarte en un mini-paraíso si al final no vería nada y, en el caso me quedase dormido, no ollería nada. Yo creo, firmemente, que no era cuestión de sentidos. O en todo caso, no de los tradicionales. Era y es algo más. No le quito mérito al espacio físico en sí, pero sí le sumo importancia a la experiencia extrasensorial que solo puede sentir cuando logras captar la esencia de un lugar. Yo, humildemente, creo haber podido sintonizarla en un nivel respetable.

jueves, 13 de mayo de 2010

Yo mimo a mi mami


En el día de la madre, o unos diitas más, se me ha antojado bloggear un trabajo que hice con el mismo motivo pero en mis épocas colegiales. Pongo el parche, (mismo Mariátegui) no he querido cambiar absolutamente nada. Ni una coma, ni un punto ni nada. Seguir lo que dice la mayoría te ayuda a salir de los problemas; y en este caso, la myoría dice que siempre es bueno corregir lo ya hecho. Pero hoy me siento como Aldous Huxley, quien en su prefacio del libro "Un mundo feliz" cuenta que no cambiaría nada de manuscrito, asi hayan pasado 20 años para su publicación. El prediere dejar su obra "tal como está lo bueno y lo malo". Hoy pienso igual, no cambiaré nada de lo que escribí a mano 4 años atrás. Por miedo, talvez, a impregnar tal obra con pedazos del Diego actual, o por miedo a quitarle la picardía de la preadolescencia, o, talvez, por simple y mero capricho. No importa elm otivo en realidad. Aquí les va, y sbretodo a tí MAMÁ (ella la lo leyó, por supuesto):

Mi mamá, Doña María Cristina Meneses De Hernández, una mujer nacida un 7 de Enero de 19... (sin comentarios) en Lima, hija de Juana Yauli (Gracias a ella, sangre ayacuchana corre en mis venas) y José Meneses, un limeño bien criollo. Fue la mayor de 9 hijos, siendo; por eso, a la que le tocó madurar más rápido y c on las ideas más ortodoxas que mi abuela y las monjas de su colegio le pudieron inculcar.
No fue, precisamente, la más avispada de su clase, sino, una chica tranquila a la que se le podía reconocer por sus, digamos, respetable talla, sus artísticos cuadernos y su función de abanderada en días festivos.
Todo esto fue la historia de mi Mamá en su adolescencia, sin olvidarme de sus abuelos por parate de madre, a los que amó como si fuesen sus padres; y a los que yo, sin conocerlos, también quiero mucho.

La conosco 16 años y un poco más, y aunque a veces la molesté con "sus hijos" (con cariño, por si acaso), siempre he visto en ella, mucho desprendimiento.
recuerdo en mi infancia a mis uniformes, del jaardin de niños, bien almidonados, que; aunque picaban un poco, causó envidia entre las madres de familia, la botadera de plata en rollos fotográficos para inmortalizar los momentos más vergonzosos de mi vida, los cuales tengo que revivir con cada persona que visita mi casa.
No me puedo olvidar de sus regaños salomónicos que me ganaba con cada travesura que se me ocurría o con cada cosa que hacía sin pensar, Los, antes no me causaban mucha gracia, pero ahora es punto de burla en comidas familiares.
Ni que decir del menú, hasta ahora no encuentro restaurante con mejor sazón que la de ella; no hay rival para su tradicional causa rellana, ni para su ají de gallina, ni menos para sus alfajores.
Ella fue uno de los factores de mi inolvidable adolescencia, no sólo por los gratos recuerdos; sino, también por nuestros memorables discuciones, Las agradesco mucho, ya que aprendí de ellas

Si me pasara escribiendo todas las peripecias de nuestra relación, me faltaría hoja, pero cmo lo mucho que la conosco puedo decir que me tocó una de las mejores, no puedo pedir otra, aunque tengamos ideas diferentes o caracter fuerte y orgulloso (más orgulloso en mi caso); o aunque nos gane ese deseo de sentirnos La victima en cada discusión, tengo que aceptar que mi vida no sería la misma sin ella.
Por esto y todo lo demás te deseo de todo corazón, un feliz Dia... Mamá.

P.D: Al parecer mi l de colegio no discriminaba entre mayusculas y minusculas.

Diego!

lunes, 3 de mayo de 2010

Harto de futbol



Dentro de mi cabeza, que por el momento se siente desesperada por ser lo más pesimista posible, se me ocurre que en unos cuantos años el célebre enunciado que usa las incontables rayas de un famoso felino para criticar la monotonía y la redundancia tenga un giro más popular y use el futbol peruano para referirse al mismo fin. Un gol más a Perú.

Pueblo peruano, no lo tomen a mal. No vayan a creer que uno no le gusta hacer patria ni mucho menos. No faltará el que me condene por no gustarme el futbol. Claro que me gusta, pero de manera muy particular. Y es que este tema me provoca trastornos bipolares. Una mezcla de arcadas y carcajadas. Pica y orgullo. Chócatela y callejón oscuro.

Se supone que uno debe celebrar hasta el cansancio sólo cuando el motivo sea a favor de la propia camiseta. Correcto. Pero, si aplicase este principio en nuestra cancha pues preferiría no ver tele. Y esa era mi posición hasta hace un buen tiempo. ¿Para qué ver las eliminatorias para el mundial si ya sabemos que no vamos a ir? No los veía, me resultaba una pérdida de tiempo, falta de razón y la más pura muestra de masoquismo. Hasta que por ahí me anime ver un Perú vs Chile. Seeeeeeeeeeeeeeeeee. Perdimos. Pero, aunque sea difícil de creer, me desestrecé. Llegó un momento en el que ya me resultaba cómico la goleada en contra nuestra. Muy lejos de la clásica lisura, me salía una inesperada carcajada que poco a poco se volvía costumbre. (no importa) Al final del encuentro termine con un ánimo que ni los chocolates habían logrado

Pero basta. No puedo ser tan egoísta. Es hora de pensar en todo el pueblo peruano, que después de haber puteado 90 minutos a un grupo de incompetentes, ciego por una pasión de quinceañera por artista de moda (como leí en un artículo de no-se-cual-periódico) defiende a la selección contra todo ataque o burla. Osea, yo sí entiendo la frustración que sienten los adictos al futbol cuando ven tales partidos. Sin irme muy lejos: mi viejo. Empieza todo bien, las pilas puestas y las esperanzas le rebalsan. Sin embargo, esto no parece durarle más de 20 minutos. Empiezan los gritos, las lisuras, los ademanes y demás gestos reprobatorios. Ellos están acostumbrados a ver los partidazos del Nene, del cholito y no se quienes otros más. Acostumbrados a ver otra calidad de futbol. Y es por eso mismo que la actuación de la nueva generación no cumple sus expectativas y las de nadie, creo yo. Sin embargo, también creo que todo esto lo tienen bien merecido. Al fin y al cabo los que idolatran tanto a estas supuestas estrellas es la fanaticada misma. Sin darse cuenta apañan algo que no debería ser ni existir.

Es por eso que, y ahora se viene la parte seria del artículo, humildemente creo que la selección de futbol peruano debería desaparecer. ¿Para qué gastar plata en algo que no nos trae frutos ni progreso? Es más, nos provoca mala fama y baja nuestra autoestima. Lo que le falta a nuestro país es autoestima, dijo por ahí alguien. Y justamente el futbol es uno de los factores que nos la quita. ¿Habrá acaso una sola persona que no se sienta incomoda al saber que somos los últimos en Latinoamérica? Somos los cachorros de esta parte del mundo. Pronto nos usaran solamente para los amistosos o para entrenar a las otras selecciones de menores. ¿Hasta dónde más queremos llegar?

En mi opinión la selección debe quedar fuera de la FIFA, se debe dejar de mantener al equipo actual y usar esos recursos para crear nuevos valores que luego de unos años nos puedan devolver la dignidad. Ojala no peque de iluso, pero es la única salida sensata que veo.
Blaos!

domingo, 25 de abril de 2010

Hipocresía: ¿Qué tan mala es?


Hipocresía, Fingimiento y apariencia de cualidades o sentimientos. Dícese comúnmente de la falsa apariencia de virtud o devoción. (RAE).
Hipocresía, Facultad de algunas personas para callarse para evitar formular comentarios muy ácidos, a veces hasta dramáticos, acerca de alguien o de alguna situación. (YO)

¿Quién me tira la primera piedra? No pueden. No creo que haya una sola persona que no haya experimentado este sentimiento. Y tampoco es que practique la hipocresía como uno de mis deportes favoritos; pero para ser honesto, me ayuda en situaciones en las que a veces es mejor hablar para uno mismo.

Puede que para algunos signifique un acto escaso de dignidad, que atente contra la persona misma, que hasta sea signo de cobardía; pero, todos han caído en estas redes. Al principio te encandila con un alivio pasajero, pero lo más probable es que luego de dos horas te persiga una clase de sombra interna que caprichosamente busque asilo en tu cabeza y que para concha no haga otra cosa que repetirte con terquedad de niño de 4 años que lo que hiciste, o no dijiste, estuvo mal.

Pero claro, hay personas que han desarrollado una especie de anticuerpo emocional, el cual proporciona la suficiente fuerza para sobrellevar, y en casos extremos, convivir con esta sombra sin que siquiera te moleste en lo mínimo. Es más, en casos aun más extremos, y puede que preocupantes, la persona puede terminar burlándose de ese eco con voz de infante.

¿Qué más da? Si hasta por ahí he escuchado que le pusieron otro nombre y que se ha convertido casi en doctrina. ¿Cómo era que se llamaba? Diplomacia. Esa palabrita esta tan de moda. Es la hipocresía llevada a los más altos estándares de la elegancia. La perfecta excusa para el raje introspectivo. Queda la burda hipocresía versus la elegante diplomacia. Puede que una esté más justificada que la otra, la verdad ese es tema en el que no me apetece ahondar (se los dejo de tarea), pero al fin y al cabo, los dos tienen el mismo fin: Quedarse callado cuando sea más que necesario.

Ahora, luego de justificar hasta el cansancio mis malas prácticas, paso a tirarme barro antes de que otro se me adelante. Me confieso. He sido hipócrita, he obrado mal. Por experiencia sé que la hipocresía no es muy reconfortante que digamos. Abre paréntesis. Y como dije antes, no la considero un deporte que practique con predilección. Cierra paréntesis. Y también creo que hablar las cosas con cada persona directamente, sin mascaras, cara a cara, face to face, etc. te causa un alivio mucho más duradero, mejores relaciones interpersonales, y forja tu personalidad.
Pero, y aquí viene la defensa personal otra vez, hay casos extremos en los que resulta conveniente usarla, en pos de las buenas relaciones interpersonales. Además, lo niegues o no, se siente algo rico. Pero OJO. Casos extremos, que no se les haga costumbre. No te pases pues! Ahí sí que hasta yo te apedreo. En todo caso, todo con moderación es permitido no? Acuérdate. Una vez al año no hace daño.

P.D: Eso de una vez al año no fue escrito de forma literal.

Secretos de un J1


Ser un J1 puede sonar algo interesante, y eso que aun no he dicho nada del status que te ponen, pero lo cierto es que solo es un tipo de VISA Americana que dura no más de tres meses y que se concede a todos aquellos ilusos que deciden, muy entusiastamente por cierto; ser parte de este extraordinario mundo llamado Work & Travel. Me incluyo.
¿En qué consiste el jaja? Pues bien, detalladas instrucciones aburren y creo que están de más. Si tienes más de 17, estas en la u, o tus patas ya tuvieron la dicha de ir (y gracias a dios, la suerte de sobrevivir), es muy probable que ya huelas de lo que estoy hablando.

Ahora… para los faltos de vida social, ahí les va un recuento de los daños.
En general, todo empieza con el volanteo afuera de la u, las confe dentro de tu facu o, como fue en mi caso, viendo la tele. La anfitriona, periodista, o el papelito te propone que apuestes por un programa de intercambio cultural a los EE.UU. en el cual tendrás un contrato de trabajo, un seguro social americano, y la experiencia de vivir tus vacaciones de verano en otro país y además con otros latinoamericanos, universitarios de todo el hemisferio sur en algunos casos. Luego de tanto chamullo y de dejar en claro la existencia de semejante oportunidad, el entusiasmo embarga a la mayoría de estudiantes de una manera inimaginable. Esa etapa se conoce, o la bautizo, como ilusión precoz.

El universitario corre a comentarlo a sus amigos, luego a los padres y cuando se obtiene el permiso y el apoyo de casa (que principalmente es el económico), lo primero que se debe hacer es buscar la agencia que te ayudará en este largo proceso de casi unos 9 meses.

El mercado está lleno de agencias dispuestas a hacer tu sueño realidad. Se empieza con la carismática y muy sonriente charla informativa. Todos atentos, callados, esperando el final para las preguntas… tanto formalismo que evoca las épocas escolares.

En tal charla se explica que la agencia que te toco es sólo un mediador entre tu persona y tu sponsor, (sponsor: asociación americana que se encarga de unirte con el estado americano). Puede que no exista agencia, pero sin sponsor estas en nada. También se aclara que se va a mejorar tu nivel cultural, no ha ganar dinero ni a tomar vacaciones, cosas que, bueno, se consideran positivas para uno, pero saca la aguja y rompe el globo, lo que entusiasma al J1 es el dinero, así que se olvida de todo, pierde la razón, se tontea y sobreafana con la idea de regresar a lima forradazo.

Paso seguido, das tu correo electrónico para que te envíen información más detallada. Correos hasta por las puras con tufo a spam. Esta etapa es la de stress virtual o electrónico.
La agencia se encarga muy amablemente de enviarte la información y la gran pregunta de que si estás dispuesto a ser parte del W&T. Y de la misma manera amable van llenando tu bandeja de entrada, cosa que si eres de los que no borra su correos porque tiene la esperanza de leerlos algún día (como yo) puede que pase desapercibido, pero si no, pues te jodiste. Borrarás correos por toda la eternidad hasta que confirmes tu sí o tu no.

Luego de mandar la confirmación hay correos para el examen de inglés. Correo para el horario del examen, correo para que te den el resultado del examen de Ingles (no sin antes haber pagado 100 ls), correo para decirte que ya es hora de pagar la simbolica cantidad de S/. 2990 por el programa, correo para decirte que los puedes pagar a plazos. Correo para recordarte que tienes que pagar la cuota si no te botan, correo para mandarte los formularios, correo para mandar las ofertas de trabajo, correo para confirmar tu puesto de trabajo, correos, correos, correos que pueden llegar a estresar hasta al más amante de las practicas de estiramiento, respiración, balance y equilibrio antistress.

Pasaron 4 meses, el caudal de tu bandeja de entrada regreso a su volumen apacible, la vida sigue como solía ser. Todo está mejor. Hasta que recibes un correo más. Bueno, que es un correo comparado a las cantidades estrafalarias de los últimos meses. Muy apaciblemente clickeas. ¿Qué es? La esperada entrevista con el empleador. Acá empieza la etapa de los primeros roces foráneos. En fin, viene tu empleador. Es hora de ponerse el molesto ternito que fuiste a comprar con tu mama. Te lo pruebas, te acomodas la corbata, la atas y desatas, pruebas que la camisa juegue con el terno y la corbata. El pelo, vaya a cortarse el pelo (por alguna extraña razón yo no recuerdo haber cortado el mío) pues tu Sr. jefe ha venido desde Estados Unidos a entrevistarte. Llegó el día. Entras a un cuarto en el que ya se vive el intercambio cultural. Primero la introducción y presentación de cada empleador, luego la entrevista. Se separan a los empleadores en un cuarto y a los Futuros J1 en otro. Como decía el gran Juan Luis Guerra, uno por uno al matadero. Dicen tu nombre, entras y empieza la conversa. El empleador te explicara cómo será el trabajo que realizarás, te enseña fotos de gringos sonrientes dentro del centro de laburo, te comenta experiencias divertidas que pasaron el año pasado y sobretodo te hace sentir aliviado, el trabajo que realizarás no es la gran cosa. Lo podrás hacer sin problemas.
Pasó el día de entrevista. Ahora viene la charla del ya muy popular social security. Esta charla viene a ser el primer y, en la mayoría de los casos, el único contacto con tu sponsor. En dicha charla se te habla acerca de cómo se vive allá y tratarán de prepararte para que no tengas problemas cuando llegues a tierra extranjera. También te preparan para cuando recibas la VISA y seas oficialmente nombrado como J1. Como J1 se te concede el status de allien eligible to work, les dije que el status era aun más interesante que el tipo de VISA. Se dictan todos los delitos gringos. Se recalca con resaltador, negritas, cursiva y subrayado que por ningún motivo te debes quedar en ese país cuando venza tu VISA, cosa que a mí nunca me afanó, y para terminar te recomiendan usar el msn y el skype para comunicarte con tu familia.

De forma simultánea a esta charla, tu agencia te debe estar pidiendo $ 100 para la entrevista con la embajada y $12 para un pin que nunca entendí para que era necesario. Octubre llega. Ternito de nuevo. Todas las vibras positivas para un gran “welcome to the USA”. La mañana empieza, el sol quema, la gente suda, los nervios están a pedido de boca, agua de azar que trata de camuflarse en envases de agua mineral. Una hora conversando con tus patas de la agencia es más que suficiente para entrar en confianza y entrar a la embajada. El primer paso es presentar los papeles en puerta, pasar por el detector de metales, entregar papeles de nuevo para el número de llamada. Solo queda esperar hasta que una voz con intento de español diga fuerte y masticado tu numerito. Aprovechando el tiempo a la gente no se le ocurre mejores ideas que…. estudiar. Luego de media hora la voz fuerte y masticada con intento de español nos llama. Entramos a la oficina y luego, uno por uno a ventanilla. Toda una mañana sancochándote bajo el sol para una entrevista de menos de un minuto, de una sola pregunta. Hola, pregunta, respuesta, Bienvenido a Estados Unidos, gracias y chao.
Ya todos afuera, la gente contenta y ya más tranquila se va a sus respectivos hogares, claro, no sin antes empezar el chamullo de la celebración.

Empezó la etapa de real socialización. Por mera coincidencia se venía el cumpleaños de dos galifardas del programa, Una loca de la cato con aires de hippie y una linda chica con harta personalidad, agreguemos a eso freak de la limpieza. En fin, una más loca que la otra.
El plan era vacilarnos en un barsito miraflorino, claro… siempre en cuando lleguemos antes de las 9pm para aprovechar la benevolencia de la entrada libre. Por la demora de unos de los integrantes, (no pregunten quien) no la hicimos, así que quedo buscar otro por ahí. La búsqueda terminó en Tayta. Genial lugar para tomarse unos tragos con tus patas mientras ves grupitos en vivo. Ahora, si disfrutas mas bailando, pues bakan, también hay una zona con full latin y demás géneros de esos que te mueven hasta el cansancio.

Termino el recreo. De vuelta al programa. Ya casi está todo listo. Y para terminar vienen dos gastos sin mucho papeleo, pero no por eso menos importantes. El primero, comprar el pasaje ida y vuelta que sale un aproximado de $900, dependiendo a donde vayas, y luego la jugosa cantidad de $750 por concepto de bolsa de viajes. Sacando el presupuesto rápido más o menos sale así.
Examen De Ingles con profesora de la Católica, muy guapa por cierto. 100 lks
Programa Work & Travel 2990 lks
Entrevista con embajada 112 $
Pasaje Ida y vuelta 900 $ Aprox
Bolsa de Viaje 750 $

Sí, se lo q estas pensando. No seas conchudo… no me tomare el tiempo de cotizar la moneda y encima sumar el total! Lo que si te puedo decir, es que sale carito para el bolsillo promedio peruano, o al menos para el de mi familia, pero no importa, al final se recupera (ilusos).

Ya es diciembre, poco a poco los universitarios van volando a USA. Caminan cuadras de cuadras bajo nieve para conseguir housing, buscan de una manera u otra hacer los papeles del social security. Empiezan a trabajar. Se reúnen las mismas nacionalidades y empiezas las fiestas de unión de lazos internacionales. La socialización se va haciendo más profunda y además mas allá de las fronteras. Cae la nieve, fiestas interdiarias, amistades gringas, todo era felicidad y prosperidad.
Hasta que, termina diciembre, y te da la ligera impresión que ya la chamba no es tan ocupada como antes. Confirmas tus sospechas cuando miras el nuevo horario de la semana y ¡oh sorpresa! Menos días de trabajo (Tener en cuenta que en la mayoría de trabajos para J1, te pagan por horas).

Empezó la fase de reconocimiento de la realidad. Bueeeeeeeeeeeeno, las cosas a veces suelen ser un poco diferentes a lo que te dicen o a lo que te imaginas. Suele pasar, pero en viajes como este, es muy común que tal diferencia sea demasiado obvia.
Contados casos se salvan a esta premisa, pero, la verdad, que la mayoría encuentra un panorama poco alentador y cargado de ganas de bajarte el autoestima.
Las horas de trabajo empiezan a bajar, y si analizamos la proporción horas de trabajo-paycheck, pues te darás cuenta que no es muy nice que digamos.
Pronto te sentirás como padre soltero de 5 hijos que busca trabajo desesperado en Lima. El stress y ansiedad invaden a aquellos que con orgullo juraron y rejuraron, pecando de confiados, o acaso soberbios, pagar la deuda en lima. Dichosos aquellos que sus padres no los torturen por la devolución del dinero. Dichosos aquellos que no abrieron la boca en lima prometiendo una remuneración en marzo. Dichosos los que usan su paycheck para viajar por todo EE.UU. En fin, tú sigues preocupado, sudas, te irritas, buscas chamba por otro lado, pero nada. Las pocas esperanzas que te quedan se van apagando poco a poco.
Te queda el consuelo que las fiestas siempre son gratis. Así que, por ahí te queda un camino para descargar tensiones con otros amigos que están en la misma situación.
Así se pasa una semana, dos, un mes. Te siguen bajando las horas de trabajo. Que la crisis, que la nieve, que el sol. En fin… luego de tanta frustración te empiezas a acostumbrar. Sabes que ya estás ahí, metido con todo y que el escenario no cambiará. Claro, siempre intentas a como dé lugar hacer más dinero, pero tú sabes que eso no curará la gran zanja en la que la nieve, el sol, la crisis, el calentamiento global y no sé qué otras cosas más, escondieron tus horas.
Empieza la reflexión. ¿Para qué vine? ¿Qué hago acá? ¿Quién soy? ¿Dónde estoy? Luego de una super alucinada que se sazona mejor con una rica noche de tormenta, puede que llegues a la conclusión de que lamentándote no llegas a ningún lado y si estás ahí es por algo. Puede que estés peor que ama de casa en programa de Laura, pero nadie te quitará lo bailando. Entonces que te queda, seguir bailando.
Así empieza el pinchismo. Hey! Vao a una fiesta. Pero mañana hay chamba. Bahhhh… al pincho! Vao!!!!
Empiezas a tomarte las cosas de la mejor manera. Poco a poco el stress desaparece, empiezas a pensar también en tí. El viaje no fue solo a hacer dinero. Fue también para que te diviertas conozcas y etc. Bienvenidas sean las fiestas, los viajes, los amigos, el trago (claro, solo para los que toman) y todo lo demás. Teniendo siempre en cuenta la diversión sin despilfarro. Aprovecha que estas lejos de Lima sin nadie que te diga que hacer o no. Estas solo tú y tu sentido de responsabilidad. Demuestra que te puedes divertir sin luego arrepentirte de lo hecho. El tiempo pasa más rápido si ves la situación desde esa perspectiva. Todo torna una onda más relajada, un toque peace & love.
Llego marzo. Poco a poco Big Bear Lake se quedaba sin blanco y con menos hispanohablantes.
Si eres uno de los últimos en dejar EE.UU. te será más fácil notar las diferencias entre el comienzo y el final. No todos lo notan. Ojo. No es lo mismo regresar a tu país dejando el lugar como cuando llegaste (lleno de Latinoamérica), que regresar dejando el lugar con un aire neto americano.
Una calma y sosiego revitalizador te invade por dentro. Una mezcla de nostalgia y satisfacción juega con tus sentimientos mientras ves por la ventana del MARTA como se aleja un pueblo, una vida y un lago que luego de tres meses de mutismo rompe su timidez y se despide con menudas y lentas olas, como si sintiese la misma nostalgia y satisfacción que tú.
Al final, no hay carga negativa. Uno deja el país con un buen sabor. Jura regresar (aunque, muy en el fondo sea improbable) y siente que la experiencia fue una de las mejores. Eso sí, una ultima recomendación. Si pretendes que el Work&Travel es una máquina de hacer dinero, te recomiendo que reconsideres tu idea. Ya no son los 90s, puede que en esas épocas lo anterior haya sido cierto, pero ahora, ya no lo es del todo. En cambio; si quieres una grandísima experiencia, pues adelante. El intercambio SÍ es para ti.