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lunes, 3 de mayo de 2010

Harto de futbol



Dentro de mi cabeza, que por el momento se siente desesperada por ser lo más pesimista posible, se me ocurre que en unos cuantos años el célebre enunciado que usa las incontables rayas de un famoso felino para criticar la monotonía y la redundancia tenga un giro más popular y use el futbol peruano para referirse al mismo fin. Un gol más a Perú.

Pueblo peruano, no lo tomen a mal. No vayan a creer que uno no le gusta hacer patria ni mucho menos. No faltará el que me condene por no gustarme el futbol. Claro que me gusta, pero de manera muy particular. Y es que este tema me provoca trastornos bipolares. Una mezcla de arcadas y carcajadas. Pica y orgullo. Chócatela y callejón oscuro.

Se supone que uno debe celebrar hasta el cansancio sólo cuando el motivo sea a favor de la propia camiseta. Correcto. Pero, si aplicase este principio en nuestra cancha pues preferiría no ver tele. Y esa era mi posición hasta hace un buen tiempo. ¿Para qué ver las eliminatorias para el mundial si ya sabemos que no vamos a ir? No los veía, me resultaba una pérdida de tiempo, falta de razón y la más pura muestra de masoquismo. Hasta que por ahí me anime ver un Perú vs Chile. Seeeeeeeeeeeeeeeeee. Perdimos. Pero, aunque sea difícil de creer, me desestrecé. Llegó un momento en el que ya me resultaba cómico la goleada en contra nuestra. Muy lejos de la clásica lisura, me salía una inesperada carcajada que poco a poco se volvía costumbre. (no importa) Al final del encuentro termine con un ánimo que ni los chocolates habían logrado

Pero basta. No puedo ser tan egoísta. Es hora de pensar en todo el pueblo peruano, que después de haber puteado 90 minutos a un grupo de incompetentes, ciego por una pasión de quinceañera por artista de moda (como leí en un artículo de no-se-cual-periódico) defiende a la selección contra todo ataque o burla. Osea, yo sí entiendo la frustración que sienten los adictos al futbol cuando ven tales partidos. Sin irme muy lejos: mi viejo. Empieza todo bien, las pilas puestas y las esperanzas le rebalsan. Sin embargo, esto no parece durarle más de 20 minutos. Empiezan los gritos, las lisuras, los ademanes y demás gestos reprobatorios. Ellos están acostumbrados a ver los partidazos del Nene, del cholito y no se quienes otros más. Acostumbrados a ver otra calidad de futbol. Y es por eso mismo que la actuación de la nueva generación no cumple sus expectativas y las de nadie, creo yo. Sin embargo, también creo que todo esto lo tienen bien merecido. Al fin y al cabo los que idolatran tanto a estas supuestas estrellas es la fanaticada misma. Sin darse cuenta apañan algo que no debería ser ni existir.

Es por eso que, y ahora se viene la parte seria del artículo, humildemente creo que la selección de futbol peruano debería desaparecer. ¿Para qué gastar plata en algo que no nos trae frutos ni progreso? Es más, nos provoca mala fama y baja nuestra autoestima. Lo que le falta a nuestro país es autoestima, dijo por ahí alguien. Y justamente el futbol es uno de los factores que nos la quita. ¿Habrá acaso una sola persona que no se sienta incomoda al saber que somos los últimos en Latinoamérica? Somos los cachorros de esta parte del mundo. Pronto nos usaran solamente para los amistosos o para entrenar a las otras selecciones de menores. ¿Hasta dónde más queremos llegar?

En mi opinión la selección debe quedar fuera de la FIFA, se debe dejar de mantener al equipo actual y usar esos recursos para crear nuevos valores que luego de unos años nos puedan devolver la dignidad. Ojala no peque de iluso, pero es la única salida sensata que veo.
Blaos!

1 comentario:

  1. Pero ahora con el mundial sólo nos queda apoyar al equipo que nos parece más bonito. Qué ironía, aunque no estemos allá (sólo ATV) acá sentimos consecuencias que ya tuve el "privilegio" de escucharlas. Más son de la fila de las mujeres u_u

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