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lunes, 4 de abril de 2011

¿Quién ganó el debate presidencial 2011? (Post)



El domingo 3 de Abril se dio a cabo el último debate presidencial para las elecciones 2011. Luego que las encuestas hayan jugado con los nervios de los electores por dos semanas, el debate significó el último gran referente para el voto de cada peruano. La oportunidad para que los indecisos confíen en algún candidato de los top 5 o reforzar la voluntad de voto dependía de cómo se comportaba cada candidato. Un hecho que sumó adrenalina al encuentro fue el primer puesto de Ollanta en las encuestas y su tendencia al alta. Humala, quién refleja para muchos el fin de los medios de comunicación estuvo sin duda en el ojo de todos.

El encuentro duró tres horas y la estructura en que los participantes intervenían fue muy lamentable. Ni el moderador, José MAría "Chema" Salcedo, lograba entenderlo con fluidez. Ciertamente tal estructura volvió el debate más torpe y no permitió que alcanzase la mayor productividad.

El candidato Alejandro Toledo abrió el debate de manera muy floja y somnolienta. Parecía que le faltaban ganas o que hubiese preferido no haber estado parado defendiendo su candidatura. Muy lamentable para un candidato que no podía darse el lujo de lucir derrotado. Sin embargo, poco a poco se fue empoderando y terminó siendo el más picante de la contienda. Se encargo de recordar a algunos candidatos que no tenían rabo de paja. A PPK lo bautizó como Mr. Kuczynski para resaltar sus raices extranejaras que tanto problema le han traido en su campaña. Al candidato Ollanta le recordó los sucesos de Madre Mía y lo tildó de comandante. Pero, sin duda, la expresión que coronó la noche fue dirigida a Keiko Fujimori al decirle que "SU PAPI" había liberado a 502 terroristas en su gobierno.

La candidata Keiko Fujimori supo guardar la compostura y nos ofreció un poco de la serenidad a la que ya nos tiene acostumbrados. Recitó de paporreta cada uno de los rincones del país en donde ella ha estado trabajando -hecho muy loable, ciertamente- y recordó que su padre es el único recuerdo del gobierno que tienen algunos pobladores en el Perú profundo. Se ancló en dos temas específicos: la generación de empleo de calidad y la lucha contra la delincuencia. En el primer punto, aprovechó la situación para enrostrar a Alejandro Toledo el carnét partidario que gozaban los toledistas para conseguir plazas de trabajo y propuso crear un fondo para pequeñas empresas y la implementación de cursos técnicos en 4to y 5to de secundaria. Respecto a su compromiso contra la delincuencia tomó como suya la gestión de su padre contra el terrorismo y resaltó: "Si pudimos contra el terrorismo, también lo haremos contra la delicuencia". Cabe mencionar que no desaprovechó la oportunidad de unirse con Toledo para atacar al candidato Ollanta, puntero en las encuestas.

PPK nos mostró la misma cara de cansado del debate anterior. A pesar que medio Perú le advirtió que su imagen senil no le permite subir con mayor celeridad en las encuestas, el candidato simplemente no pudo evitar caer en la modorra. Tropezó cuando le pidieron intervenir con una pregunta y no resolvió qué decir. Entre sus propuestas estan el recorte al 10% del impuesto a la renta y la disminución gradualemte del IGV como medidas para promover la inversión y así aumentar el empleo. Propuso también la pena acumulativa para los delicuentes, lo cual es una buena iniciativa en un país en el que la inseguridad ciudadana se ha convertido en tema recurrente en la agenda política. En resumen, propuestas interesantes encerradas en un bostezo que parecía eterno.

Ollanta Humala es un caso interesante. Soprendió con su astusia. En el momento en que le tocaba intervenir con alguna pregunta, el candidato de Gana Perú no se le ocurrio mejor cosa que explicar otra de sus propuestas, para terminar con un: ¿Usted que piensa al respecto? Muy astuto de su parte. Hay que aceptarlo. Pero, no le hizo muy bien a su desempeño e imagen en el debate. El perú vio a un Ollanta que no respetaba reglas. No sabía ni quería seguir el formato de la contienda y, como para no perder la costumbre, no respondió a las preguntas que los otros candidatos le formularon. Trató de diseminar su bien marcado discurso nacionalista con la ayuda del papel que llevaba en el podio. Se aferró al plage hasta para respoder las preguntas que le llegaron de improviso. El Ollanta que declamaba políticas con total seguridad ya no existe. Ahora, se las escriben para que las aprenda de cual colegial.

Luis Castañeda se quedó mudo. Un discurso que daba para más. Se basó en su gestión como alcalde de Lima para respaldar sus propuestas en materia de seguridad ciudadana. No se olvidó de las escaleras que ahora tiñen de amarillo y azul los cerros de Lima, recordó el caso del centro comercial Las Malvinas y acotó que el banco HSBC tiene una sede en la plza San Martín, lo que para él significa una muestra de seguridad en su jurisdicción. Sin embargo, entre tantas propuestas no se pudo esconder su falta de compromiso o su carencia de fuerza. Se distrajó mas de una vez y fue evidente que le faltó actitud política.

Cada quién jugó sus cartas. Unos bien jugadas y otros no tanto. Algunos se olvidaron que debían jugar con empeño y otros, que el juego tenía reglas. Falta una sola semana para definir el futuro del país y el deber del electorado es empaparse de toda información valida que respalde el voto del 10 abril y así abrir la mejor puerta para el futuro del Perú.

Enlace al portal de Voto Informado del JNE

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